Para poder servir de soporte y protección de las partes blandas, sustento del movimiento y anclaje de los músculos, reservorio de minerales y almacén interactivo de la médula ósea, el hueso debe mantener su calidad, concepto en el que se integran tanto su grado de mineralización, como la microarquitectura y la capacidad de restaurar las lesiones. El primer artículo titulado "Fisiología y fisiopatología ósea" revisa las funciones de los huesos en el curso de la enfermedad y las modificaciones que éstas sufren por su causa, subrayando la importancia de la calidad del hueso y de su densidad mineral como principales factores de riesgo de fracturas.